La administración pública es una de las ramas más importantes y que a veces suele estar en el ojo del huracán justamente por la jerarquía que ejerce en la sociedad y precisamente porque tiene una relación muy cercana a los procesos políticos.
El abogado Allan Brewer Carias, quien es conocido por ser un hombre que le ha dedicado tiempo al estudio de la administración pública dice que “la definición de Administración Pública debe elaborarse con la mezcla de los diversos criterios, lo que además responde al contenido heterogéneo y mutable de la actividad administrativa del Estado”, mientras que la profesora Blanca Olías de Lima argumenta que “la Administración Pública sigue siendo hoy día la institución sobre la que descansa el poder del Estado, a través de la cual se hacen realidad los proyectos o el programa político del Gobierno, se implantan las distintas políticas y se prestan servicios a los ciudadanos. Este eminente y complejo papel se traduce en una organización múltiple y diversa que persigue una gran variedad de objetivos, utiliza instrumentos y recursos variados. La Administración General del Estado debe su perfil singular a la combinación de poder público y estructura técnica y profesional que la historia y las demandas del sistema político y social han ido moldeando”.
El catedrático Carles Ramió indica por su parte que “hay que reconocer que la Administración pública y su defensa del bien común y del interés general tiene una cierta mala imagen ya que se identifica como una impostura basada en la captura de las instituciones públicas por parte de las élites más favorecidas para imponer sus criterios a una masa entre despreocupada o sencillamente marginada en todos los niveles institucionales. Unas instituciones públicas dominadas durante mucho tiempo por las élites extractivas generan todo tipo de desconfianzas”.
Sin embargo, apunta que es necesario que esta pase a una fase de regulación y disciplina económica, además que se considera que en la actualidad debe estar muy vinculada a las herramientas que actualmente ofrece la tecnología.
Al respecto, Ramió indica que “hay que defender una Administración pública que tenga en su seno a empleados públicos que, como buenos profesionales, estén bien retribuidos y con unas condiciones de trabajo confortables que los motiven para ser todavía mejores profesionales. Pero no hay que confundir estos principios con lo que claramente son los excesos que ponen en peligro la viabilidad de la Administración pública y de sus funciones sociales”.
La administración pública se considera por mucho con características y procesos administrativos que la hacen mucho más compleja que la relacionada con la privada.
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